Western Basque Festival
Western Basque Festival
2007, kronika
160 orrialde
978-84-95511-95-9
Miel A. Elustondo
 
 

 

56

 

Bilbao, 27-7-59

Sr. D. Ignacio Mª de Echaide

Presidente de la Academia de la Lengua Vasca

Ribera, 6. - Bilbao

 

        Muy distinguido Sr.:

        Llevando la tan honrosa representación que me otorgó en carta fechada el 1º de junio último, acudí al «Western Basque Festival», que tuvo lugar en Reno (Nevada), los días 6 y 7 del citado mes, acompañado de mi hija Maria Iziar, que habla el inglés, idioma que yo desconozco.

        Al atardecer del día 5, nos personamos en Reno, acompañados del P. José Peña (S.J.), eibarrés, que reside en San José (California) y con quien nos une una vieja amistad; era el encargado de predicar el día 7 en la Catedral de Santo Tomás de Aquino, en la misa que se celebró en sufragio del alma del Senador Mr. Pat McCarran y a continuación rezar un responso ante su tumba.

        Nos presentamos en «Cardinal Way, 650» (Tfno. F. A. 3-5426) que resultó ser el domicilio del Secretario Mr. Robert Laxalt, a donde acudió a nuestra llamada Mr. Peter Echeverria, Presidente.

        Mr. Echeverria, Abogado y Senador por el Estado de Nevada, nació en USA, pero es de padres vizcaínos y habla correctamente el euskera; es persona de gran prestigio, de gran simpatía y vitalidad.

        Mr. Laxalt, nació también en USA, pero es de padres vasco-franceses y entiende pero no habla el euskera; se formó en la Universidad de Santa Clara de Carson (Nevada) y es director y redactor del periódico de la Universidad y redactor del «Wall Street Journal». Es autor del libro titulado «Sweet Promised Land», cuyo preámbulo dice así: «Urrun bizi naiz, bainan biotzez zuekin»; en él describe la vida de su padre Dominique, pastor de ovejas, y las reacciones que sufrió en su visita, de vuelta, a su patria natal.

        Ambos viven en Reno: Mr. Laxalt en las señas antes apuntadas y Mr. Echeverria en: Residence 1855. - Sierra Lage Ln. - Reno (Nevada). - Tfno. F.A. 2-7919.

        Fuimos instalados en el «Nevada Mapes Hotel» cuyo Gerente, nos dijo al saludarnos, que se honraba con que fuéramos sus huéspedes y que quedábamos invitados por el Hotel los días que íbamos a residir en Reno.

        El día 6 fuimos invitados a almorzar a la casa de Mr. Echeverria, con un gran número de familiares suyos, todos vascos y que hablaban el euskera y después acudimos al Campo de Aviación, a recibir a los Embajadores de España y Francia, con txistu y tamboril, tocando el «Agur Jaunak» y en su honor los danzaris del Boise, ejecutaron varios bailes vascos.

        La cena oficial tuvo lugar en un salón del Casino de Mr. Dick Graves Nugget en Sparks, cerca de Reno; este señor, que es americano, está casado con una lequeitiana y por ello se encargó de organizar por su cuenta, el banquete del día 6 y el festival del día siguiente, por lo cual se vieron algunos detalles que nada tienen que ver en un festival vasco, como la actuación, durante la cena, del grupo Los Churumbeles (que actuaban en el Casino aquellos días), con canciones y bailes flamencos y una jota aragonesa que tuvo gran éxito, por su parecido, sin duda, con el fandango; y la gran cantidad de carteles murales de las corridas de toros de Sevilla, Linares, etc., que adornaban las paredes de cierre del terreno en que tuvo lugar el festival del día siguiente.

        Durante la cena, a la que acudimos algo más de 300 personas de ambos sexos, entre ellas Autoridades del Estado de Nevada, se puso la cinta magnetofónica que llevé de Bilbao, con música y cantos vascos, pero con el bullicio del banquete no se les prestó la atención debida, si bien, al final, el himno «Gernikako Arbola» fue escuchado por todos de pie, en gran silencio y muy ovacionado al final.

        Después del banquete, hablaron en inglés el Gobernador del Estado de Nevada y los Embajadores de España y de Francia y Mr. Echeverria en inglés y en euskera; finalmente, tuve el honor de hablar yo ostentando su representación, en euskera. La nota de lo que dije la tiene el Sr. Irigoyen. Después actuó el grupo danzari de Boise y dos danzaris de New York, alternando con Los Churumbeles y se siguió bailando en un gran entoldado vecino.

        Al día siguiente tuvo lugar la Misa, que estuvo concurridísima, y la visita al Cementerio, al que antes he hecho referencia y luego el banquete popular en un terreno inmediato al Casino de Mr. Graves. Me informaron que se despacharon 5.000 comidas.

        En un tablado, con micrófono, volvimos a hablar Mr. Echeverria (casi todo el tiempo en euskera) y los dos Embajadores en inglés y yo en euskera; después hubo concurso de aizkolaris, levantadores de piedra, etc., y a continuación nueva actuación de los danzaris de Boise y New York y de Los Churumbeles. Se volvió a poner la cinta magnetofónica y de nuevo se escuchó el «Gernikako Arbola» por todos los asistentes, de pie y haciendo coro. Después hubo baile hasta medianoche, alternando el txistu y tamboril con un grupo de acordeonistas de Boise.

        La labor de Mr. Echeverria, desde el micrófono, fue constante y llegó agotado al final.

        Al día siguiente, salimos para Boise, en el autobús en que iban los danzaris, que no pararon de cantar en todo el camino y de bailar en los pueblos que atravesábamos; al anochecer llegamos a Boise y nos hospedamos en casa de un muchacho bilbaíno, pero de padre guerniqués, a quien yo conocía desde niño.

        En Boise fuimos saludados por gran número de vascos, casi todos vizcaínos (en Reno hay más navarros y vascofranceses), y visité el «Basque Center», edificio de nueva planta para tal fin, que es un centro de reunión y de recreo. Me reuní con su Junta Directiva y mostraron grandes deseos de recibir una cinta en la que se proyectaran bailes vascos típicos y sencillos, pues tienen gran interés en mejorar su grupo de danzaris. También mostraron grandes deseos de que volviera por allí el Sacerdote don Francisco Aldasoro, de Segura, que ha hecho, según ellos, gran labor en los años que ha estado en Boise. Yo creo también que ese Sacerdote, u otro de igual formación, sería de gran interés en aquella ciudad y este deseo lo deben de conocer nuestros Obispos.

        Mr. Echeverria se quedó con la cinta magnetofónica que llevé de Bilbao y una colección de discos de música y cantos vascos que yo llevé también; otra colección quedó en el «Basque Center» de Boise.

        Mis impresiones del viaje pueden resumirse en pocas líneas.

        La emigración vasca a los Estados de California, Nevada, Idaho, etc., es la menos preparada intelectualmente de las que yo conozco, pero es admirable que hayan conservado el euskera (casi la totalidad no habla más que el euskera y el inglés) y que lo hayan enseñado a sus hijos, todos los cuales lo hablan perfecta y constantemente, conociéndose por su modalidad, el pueblo en que en nuestro País nacieron sus padres. En la siguiente generación si la madre es vasca, los nuevos hijos hablan también el euskera, pero si es irlandesa, noruega, etc. (tienen gran cuidado en elegir mujeres católicas, por miedo a las consecuencias del divorcio), aunque el padre hable el euskera, como éste está menos tiempo en casa con los niños, éstos ya no lo hablan.

        Los hijos de los pastores vascos son ya de clase muy distinta: ejercen diversas profesiones y son muy considerados en América. Todos ellos tienen grandes deseos de conocer la tierra en que nacieron sus padres, aunque se consideran muy americanos: tienen a gala el hablar el euskera y con ellos tuve conversaciones muy interesantes, sobre la labor de la Academia de la Lengua Vasca, sus publicaciones en euskera, etc., y creo interesante establecer contacto con estos jóvenes, con los cuales se puede hacer gran labor por el euskera y la cultura euskérica.

        Viven en Reno los señores Echeverria y Laxalt; en Boise, por ejemplo, hay dos elementos muy buenos: José María Sangróniz Eguiluz, técnico electricista (3717, Hawthorne, Boise-Idaho) y Arbert Azurmendi, técnico de Arquitectura (1220 Idaho St.), que trabajan en la Idaho Power Co., empresa eléctrica muy importante. Todos estos elementos, con otros de igual formación intelectual, trabajarían encantados en favor del euskera, enviándonos desde allí las informaciones que se les pidiera y recibirían notas euskéricas para las emisiones de TV., periódicos, etc., y toda clase de publicaciones.

        Finalmente Sr. Presidente, me atrevo a formularle una sugerencia: que nombren Vds. Académico correspondiente a Mr. Peter Echeverria, que habla bien el euskera y es una personalidad de relieve. Espera venir por aquí en junio próximo, en unión de Mr. Laxalt y sus familiares. Yo creo que le haría una gran ilusión y sería para Vds. un elemento eficiente.

        Esto es todo. Perdone mi tardanza, pero soy hombre que tengo gran labor en mi estudio de Arquitecto, y los quince días de viaje por América he tenido que recuperarlos ahora trabajando intensamente.

        Eskerrik asko, Lendakari jauna, izentau egin nozulako zeure ordez Amerikara juateko: alegiñak egin dodaz neure lana ondo betetako eta orain eta beti emen nago Euskaltzaindia eta geure Euskerearen alde ekiteko. Biotzez besarkada sutsu bat.

C. de Uriarte