Dame un sueño y lo destrozaré
Dame un sueño y lo destrozaré,
de buena gana además,
sin objetivo concreto, para pasar el rato.
Se pueden traducir todos,
y publicarse en periódicos,
tanto de izquierdas como de derechas.
Dame un corazón,
húmedo y rojo, latiendo vivaz,
y lo convertiré en puro hueso.
Suelo recogerlos pálidos y resecos,
llevarlos a casa en el bolsillo
para guardarlos en la mesilla de noche
junto a las tortugas de goma.
No me des nada
y sanaré,
roto por mi propia cuenta.
© Juan Luis Zabala