TIERRAS QUE PERDER

 

Nuestros corazones son celdas de castigo

Pérdidas barrancos inventarios cuantificables

Una paz protegida y rigurosa

Impulsos indolentes guarecidos en banderas

Todos deberíamos poseer dos nombres dos casa dos líneas fronterizas

        Levantadas a la orilla de un único amor

Es sordo el fugitivo a la llamada

Todos deberíamos cambiar de recorrido liberar pasos entre las alambradas

        Ceñidas a la costa

Ofrecer al amaranto nuestros cansados cuerpos morir por lo que amamos

Mas soy yo quien escribe vuestros bellos poemas

Veo flotar en la crecida del río extremidades rápidas

Lloraré mi impotencia para borrar el rastro de los prófugos

Lloraré nuestras cédulas de identidad, el futuro es una carne correosa

Vivís con nosotros

Pernoctad junto a nosotros como si para siempre fuese

No os denunciaremos, somos pesadillas fraguadas en un mismo solar

No deseamos que nuestro corazón os explote en el recuerdo

No deseamos desarmaros en patio alguno

No os denunciaremos

Renunciaremos a nuestro llanto

Renunciaremos a nuestra sangre

Renunciaremos a nuestra libertad —puro bonsai castrado—

Renunciaremos a un país a ríos de dos orillas

Cuán hermoso será vuestro futuro para pagar este atroz presente

Nunca escribiréis mis poemas

 

 

© Jose Luis Otamendi
© itzulpenarena: Iñigo Aranbarri


www.susa-literatura.eus