ESTIBAR

 

Si mi cariño es tregua el tuyo es ultimátum

Y comento a un amigo que no hay mejor arma que el recuerdo

Y que nos hacemos viejos

Demasiados muertos no suficientemente muertos

 

Mi cariño no puede enfrentarse a los imperios y a su vez

        Empalarse en tu corazón

Escribo poemas a la paz que nunca conocerán nuestros hijos

Nunca me derribará el viento mientras no falle a tu corazón

Mas sabes que mi habitación te está prohibida

Con qué gusto te ofrecería este cuerpo, facturado ahora

Para saldar mis últimas deudas

 

Las guerras civiles no se declaran

Viven en la rutina

Después, dentro de diez años tal vez, percibes que

        Los mares cambian de posición

Y que vas perdiendo la tierra en la cual viviste

 

Los privilegios de la resurrección no siguen vigentes

Los cortejos precisan de adeptos

No somos más que ejércitos de a uno

Y me resultas extraña

Llamaré al enterrador para que ciegue de tierra el lecho de tus ojos

Necesitaremos dónde plantar estos viñedos de cruces

Y debatir sobre la amistad, sobre la reconciliación

Quién bautizará cada lápida

 

Son incontables los pechos tatuados en honor a los ahogados

Y navajas oxidadas mis preguntas

Quién podrá vivir tras este incendiario delirio

Quién precintará este euskaltegi (1) de difuntos

Miles de mensajeros atraviesan las filas de un lado a otro

Bajo el escudo acribillado (2) del amor

Y la traición sigue siendo un vocablo prohibido

 

La paz es para mi una guerra en la que puedo amarte

 

 

                (1) euskaltegi : centro de enseñanza de euskara para adultos. (N. T.)

                (2) balakatu : ver nota página 10. (N. T.)

 

 

© Jose Luis Otamendi
© itzulpenarena: Iñigo Aranbarri


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