PUEBLOS ABANDONADOS
Entraréis en los pueblos abandonados
Y nos homenajearéis leyendo los nombres de las calles
Diréis que estabamos equivocados
Pero reconoceréis nuestra condición de camaradas en vuestros blocs de notas
Entraréis con las llaves que arrojamos a las cunetas
Buscaréis nuestras huellas en los cuerpos que amamos
Y os haréis con un acta de propiedad
Nuevos serán los dueños de los piojos y de los amaneceres
La policía vigilará nuestros poemas
Encadenaréis vuestros sueños almas sitiadas a los viejos himnos
A los viejos lenguajes
Entraréis a inspeccionar la nieve de las cumbres
Por si ocultan guías clandestinos
Y diréis «encontraremos quien nos escriba vuestra capitulación
"¡Queridos!" será nuestra primera palabra de amor»
Una sincera confesión y una libertad plegable
hundida en las cartas ocultas en los taludes
Entraréis y contra vuestras vértebras
Como tartamudas máquinas de escribir teclearán nuestros fusiles
Desde nuestro último parapeto entre las tumbas
Os hablaremos más ininteligiblemente que nunca
Desde los números pares de las lápidas
Y diréis «hemos entrado, hemos tomado,
Ha sido liquidada esa generación,
¡Si sólo escribían para defender a sus muertos!»
Y desde la atalaya de los féretros otearemos el valle humeante
Y desnudos solo un sordo dolor
Descenderemos hacia nuestras casas en llamas
© Jose Luis Otamendi