LEJANIA

 

No me convoquéis para identificar ahogados

Dejadlos en el río, a la deriva

Dejadlos en el regazo de los corazones

Las tierras que un día recorrimos se consumen hoy

Los labios que quisimos con ardor son tizones ahora

Las hermosas teas alumbran la distancia

No podrán aprender nuestra lengua este año

No construirán ningún hogar a la solana de la libertad

Buscadlos en las declaraciones de bienes barridas por la lluvia

Buscadlos en las camas recién abandonadas

Enviadles mensajes de ánimo

«...sabéis dónde está vuestro hogar»

Cada anochecer es una tregua rota contra el arrepentimiento

La gotera intentando acribillar una mano en la mesa de la cocina

Ver cuántos niños han nacido desde que aceptamos la fuerza del silencio

Llamadles cariñosamente desde este lado de los puentes

Llamadles como si siempre estuviesen dispuestos a creer

        Que tras la última oportunidad siempre hay otra más

Llamadles para decirles que las casa vascas siempre quedan lejos

Un muerto ha convocado una rueda de prensa delante de una peluquería

Me hubiera gustado mataros pero vivo con vosotros

Me acurruco al calor de vuestros pechos cada vez que me apresa el miedo

Y la gente desfila, a por pan unos otros al olvido

En estas aguas que vienen crecidas de desprendimientos, de soledades

 

 

© Jose Luis Otamendi
© itzulpenarena: Iñigo Aranbarri


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