SEQUIA
Acertar a recoger los fracasos en tablas de mareas
El paseo dominical
Debe asemejarse a un embarque rutinario
Mirar al río a través de las ventanas de la cocina
Miles de carencias degolladas a meridiano limpio
Pero ello no nos ha hecho leves al dolor del fracaso
Aquí el torrente no sabe de caricias no es sino
Un azul chasquido de puñales
La sangre arrastra verdades coaguladas
Es largo el camino a casa
Cada habitación no es sino un lecho de delicados recuerdos
Embebemos tristes líquidos en las oscuras callejuelas
El corazón es una pensión demasiado estrecha para el que solo está
Y ya no hay nadie que parta hacia alta mar
Mi declaración es un lamento ebrio
La noche atraca en nuestras casas como un enorme mercante
Recuerdos de infancia, como vivir en tiempos de paz
© Jose Luis Otamendi