CARTA-1
Las zanjas guardan nuestros pasos y la noche es calurosa, que tal estás ahora
Hace frío en las dos orillas del río aferrado bajo los abrigos
Los mismos abrigos que más tarde intentarán ahogarnos
En los surcos de tus venas en los humedales de tu recuerdo
Siempre caminamos como si viviésemos bajo tempestades aguardando que
El agua inunde estas tierras
Y no puedo esperar que nadie te alivie
Juegas con aviones encendidos con papeles de amor
Juegas en pensiones que nunca se llenan de enamorados
Tengo que reunirme contigo, nadie nos llama
De haberlo sabido nunca te hubiese empujado a guardar un minuto
De silencio por nadie
Nunca te buscaría en los eriales
Aunque no me ames ahí los tienes
Ahí quedarán los tejados derrumbados ahí los patios mojados
Ahí
Nos devuelven las cartas enviadas a destinos secretos
El destinatario nos cree muertos
Desde esta violenta enemistad te amo desde esta rancia sedición
Y cada vez la corriente lleva consigo un cielo un cristal roto una puerta
La corriente amasa noches en las gargantas de los ahogados
Son tan tuyas como mías las camisas los mensajes colgados en tus jarales
Sé que estás despierta
Si así lo quieres podemos quedar para evaluar los daños causados por el amor
Yo debo partir hacia otros destinos para ver cómo se han abandonado
Los hogares
Para ver cómo los amarás sin mí
Yo no sé durante cuánto tiempo nos ha prohibido amarnos la paz
Las zanjas guardan nuestros pasos
Ahora puedo leer en tus ojos las últimas noticias
Ya nunca esperaré otra señal para poder amar
© Jose Luis Otamendi