HERENCIA

 

Los ojos de los ahogados se henchían como esponjas

Son de las que flotan, herrumbrosas, ocultas en las orillas

Los cadáveres —estas soberbias proas— los mece el recuerdo,

        La quietud del estantío

El río crece como el amaranto, me derrumbaré

        Sobre los ventrículos de tu corazón

Me despojaré del guardapolvos y aguardaré a al aurora

Renovaré la lista de los damnificados, vigilaré los osarios

Escribo poemas dolientes los que deben leerse a oscuras

Tan tuyos como míos estos golpes en la puerta esta lengüeta rebelde

Nuestras proclamas no conllevan respuesta nuestro cariño

        Es un mérito de guerra un despreciable título

Comprendes mi silencio ahora

Por qué me has ocultado estos mares de limo estas naves hundidas

Estoy ciego mas puedo oír el sónar de los ahogados

Busca los arrecifes son nuestro hermoso verbo

Mis palabras no son vigilias voluntarias no son

        Una evacuación no son literatura

Siempre encontraré un filo a tus lágrimas

Tarea solitaria esta cansado retornar sobre mí mismo

Estos ojos que velamos nos acribillan (1) entre jirones de noche

Arena para sanar las heridas dolor

No nos ocultaremos, voy a levantar las losas del mar

Mañana te desearé, desde hoy te amo el mañana

He cargado mi dolor de lamentos submarinos de barrotes de traslados

Soy un almadiero que navega sobre los muertos todos

Es una antigua decisión la de sufrir de amor

        Tanto como la victoria

La de sumarnos a la violencia para defender un rayo de duda

Como cuando hace tiempo nos arrojaron como un mauser

        Desde el útero materno como una alianza

Como una raíz, desde hoy te amo mañana

Comprendes mi silencio ahora

 

 

                (1) balakatu: juego de palabras que puede significar tanto acribillar como acariciar (N.T.)

 

 

© Jose Luis Otamendi
© itzulpenarena: Iñigo Aranbarri


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