TIERRA FERAZ
No me atrapará el silencio bajo su manto
Entrar en secreto en mi propia casa
Los vecinos me reconocerán aunque lo evite
No doy la talla para colmar tu corazón
La sonrisa puede resultar el trabajo más solitario
Nos miramos como si el mar se ocultara en nuestras pupilas
Es más negra la tierra ahora
Soy feliz porque he nacido al sur de un tumor maligno
Con la exactitud que acostumbra el dolor
Voy a incendiar los autobuses azules que
Abandonaste en mi memoria
Se puede observar el paso de la vida
En cualquier cinemascope de filo de navaja
Rogamos para que rasgue el alba venidera
Conteniéndonos el aliento
Podrías fabricar zapatos con mi respiración
Un clavo perfecto
En la jaula de tu aliento guardaré la luz del día
Y volveremos nuevamente para recorrer lejanas sendas
Para llorar
Y la libertad será nuestra mutua ausencia
© Jose Luis Otamendi