COORDENADAS
Podríamos vivir donde crece el amaranto
Penetrar entre los barrotes de las costillas de otro y
Aprender de lo ahogados cómo se les hiela el aliento
Estos ojos estas manos hieden a remanso, nos transfiguramos
Como un cielo de octubre
Los aeropuertos se ocultan lejos de nosotros
Más allá de la ciega neblina
Hasta el sufrimiento hiede a remanso, recuerdo-corriente
Heridas-corriente
Y jugamos a amarnos en estas tierras aún no anegadas por la paz
Compruebo que sigues a mi lado renuevo las coordenadas
Y te escribo desde donde nos buscó el sueño ayer
Te escribo para saber si somos extranjeros donde no somos extraños
Si como el lodo nos hemos posado en ele fondo del lecho o hemos
Seguido a toda máquina bajo la galerna elegida por mayoría absoluta
Qué hermoso exilio tu corazón caserna de brillante oro
Pero nuestro cariño tiene atalayas indestructibles
Desiertos no autorizados nombres difíciles de articular
Crestas de roca para las víctimas de la deriva
Es entonces cuando confesamos que no somos libres
Que algo que muere en nuestras entrañas
Y habitamos países en los que no podemos vivir
© Jose Luis Otamendi